La obra de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Adriana Bazzano, subió a escena en la tarde del 15 de julio, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno.
En ritmo de comedia, el autor narra una historia de hipocresía y codicia, que busca dejar su mensaje a los espectadores debido a que pinta de cuerpo entero el individualismo argentino que se mantiene vigente en la actualidad.
La propuesta teatral está protagonizada por Olga Bartolussi (Luisa), Carlos Ferreyra (Pedro), Alejandro Mariño (Gabriel), Fabián Zerdá (Osvaldo), Grisel Pollachi (Graciela) y Desiré Boivin (Esther) se remonta a los años ’70.
La historia
Es el día de cumpleaños de Luisa y sus hijos, junto con sus particulares esposas, quisieron agasajarla.
Debido a la frágil salud de la protagonista, la fiesta no tuvo el éxito esperado, ya que Luisa no pudo celebrar con su familia. Es en ese momento, cuando Gabriel, en medio de la discusión por saber cuál de los hermanos iba a hacerse cargo de su madre desde ese momento en adelante, descubre siete títulos de propiedad que permanecieron muy bien escondidos por Luisa.
La sorpresa fue tal, que la discusión pasó a un segundo plano y los hermanos ya planificaban qué hacer con el dinero que les dejaría una posible venta de los inmuebles. Las ideas iban desde comprar departamentos para alquilar, hasta crear una empresa y distribuir frutas; estas eran las inversiones que imaginaban los personajes. Pero claro, faltaba lo más importante: el consentimiento de su madre.
Ya recuperada, Luisa se mostró muy cariñosa y atenta con sus hijos y, al ver los títulos sobre la mesa, decidió guardarlos nuevamente. Lejos de acoplarse a las ideas de sus hijos, Luisa se dio cuenta del trato diferente que le dispensaron sus hijos, ya que los cuidados y la preocupación por su salud dejaron de importarles.
Desde el humor, la obra alcanza a graficar a la perfección este conflicto de intereses dentro del grupo que, pese al lazo sanguíneo, ingresa al terreno de la codicia y la hipocresía.
Bazzano explicó que “queremos mostrar la hipocresía que hay en la vida. La obra propone que si no hay que llorar, entonces hay que fingir”. Carlos Ferreyra, por su parte, agregó: “Queremos mostrar cómo salen las miserias cuando tres hermanos, que más o menos se llevan bien, se encuentran discutiendo sobre el dinero que guarda la madre”.
Fuente: Agencia de San Luis
