El río Conlara atraviesa de sur a norte el valle de Concarán. Si el viajero lo recorre también de sur a norte, deja atrás hacia el oeste, la punta de la de la Sierra de San Luis, y, frente a ella, a lo lejos, el confín sur de la Sierra de los Comechingones, donde aparece el Cerro del Morro, abrupto y solitario. La zona del valle es fértil, apta para la agricultura y la ganadería, y la cortan múltiples arroyos y suaves serranías. Se encuentra una flora caracterizada por talas, espinillos y algarrobos, que se apiñan en pequeños grupos “de familia”. Hay pueblos tales como La Toma, con sus talleres en los que se trabaja artesanalmente una gran variedad de piedras: Naschel, donde se afincan los grupos min eros.
Renca, se constituye desde comienzos del siglo XVIII, como el centro religioso de la provincia. El Embalse de San Felipe, concentra las aguas del río Conlara; en sus aguas los aficionados a la pesca disfrutan de su deporte preferido. Al norte, se encuentra Tilisarao, importante por su espíritu progresista y su actividad agrícola-ganadera y también industrial.
Concarán es un lugar de gran belleza para visitar antes de llegar a Santa Rosa y a la magnífica Villa de Merlo. Concarán es un centro próspero y de interés turístico. San Gerónimo es conocido por sus termas, La Calera, la Sierra del Gigante y la famosa Sierra de las Quijadas. La Ruta Nacional Nro. 7, al sur, conduce a las Termas de Balde y a las cercanas Salinas del Bebedero, impactantes por la blancura de su paisaje.