Llegar a la Villa de Merlo es una experiencia que queda guardada para siempre en la mente y en el espíritu de quienes buscan un lugar para relajarse y recorrer espacios verdes, respirar aire puro, deleitarse con paisajes como postales, con árboles de hojas mecidas por la brisa, con senderos de ensueño y con montañas que custodian celosas el lugar. A esta naturaleza prolífica, se suma la mano del hombre, que generó lugares de calidad y de excelente atención, tal cual lo hace Leonardo Morini, Gerente del Paradiso Hotel & Spa, ubicado al pie de la Sierra de los Comechingones, unos 900 metros sobre el nivel del mar, en el 3° Microclima del Mundo. “El Hotel fue creado el 20 de julio de 1995 por mi padre, Pietro Morini, nacido en Camucia, la Toscana italiana”, apunta Leonardo. “Su espíritu emprendedor fue dándole forma a este proyecto, que hoy se ubica entre los lugares más elegidos para el descanso y relax, luego de una jornada de paseos y aventuras por las Sierras”, continuó mientras la tarde radiante de Sol iluminaba el frondoso parque y la espectacular piscina.
Paradiso Hotel & Spa
El Paradiso está por demás bien ubicado: se encuentra en la arteria principal de Villa de Merlo, la Avenida del Sol, a sólo cuatro cuadras del Casino & Restaurant Flamingo, y a dos cuadras del Complejo de Cines. Sus acogedoras habitaciones ofrecen una vista increíble hacia el parque, están muy bien equipadas con TV y tecnología wifi. Observar a los pájaros y escuchar su canto desde una ventana, alimenta el alma y la llena de paz.
“Estamos muy satisfechos con la elección que hace el turista llegado de las diversas provincias argentinas. Si bien no realizamos acciones de marketing específicas, tenemos reservas todo el año, y en los fines de semana largos, mucho más, gracias a la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina, que centraliza la información para ofrecer al turista durante su estadía”, continuó el Gerente del Paradiso.
Paradiso Hotel & Spa
Leonardo Morini nació en Buenos Aires y vive actualmente en Quilmes. Viaja todas las semanas para atender sus tareas, y cada vez que llega a esta villa puntana, siente cambiar su energía: “Aquí el tiempo pasa de otro modo; se puede sentir una conexión especial con la naturaleza. Es un lugar que fue cambiando mucho con el tiempo. En la actualidad, cuenta con dos sectores bien diferenciados: el Ala “Sur”, mantiene su origen y ambientación cálida y de estilo, en un mobiliario de maderas de algarrobo, con una impactante vista hacia los jardines. El Ala “Norte”, por su parte, se descubre al atravesar un puente que atraviesa nuestros parques, y presenta habitaciones de un estilo más moderno que miran hacia las Sierras de los Comechingones”.
Villa de Merlo
El puente del Ala “Norte” antes mencionado, conduce al moderno Spa, un espacio en el cual el cuerpo se entrega por completo a masajes descontracturantes, con piedras calientes y aceites esenciales, refrescante y descongestivo, o al masaje ayurvédico, con hierbas y aceites tibios. Además, ofrecen tratamientos para el cuidado de la piel y la nutrición.
“Nos gusta innovar, y por este motivo, año a año mejoramos la propuesta y las instalaciones, aunque nuestro mayor capital es la excelente atención brindada por nuestro personal”, comenta entusiasmado Morini, que resalta la buena disposición, la sonrisa y el trato cordial de quienes día a día y a toda hora responden las solicitudes de los turistas.
La cercanía del Paradiso a la zona de actividad cultural de la Villa valoriza su propuesta: se encuentra sólo a metros del Museo “Palmira Scrosoppi”, así como de los locales que ofertan productos artesanales regionales, artesanías en madera, alfarería, tapices, alfajores, quesos caprinos y de oveja, dulces y frutos secos, aceites y demás manufactura local que atrae al visitante. En las vitrinas brillan piedras lugareñas, que la creatividad de los artesanos convierte en figuras de animales, anillos, pulseras y colgantes.
Paradiso Hotel & Spa
La noche merlina, dinámica y entretenida, propone modernos cines y restaurantes con gastronomía de primer nivel.
Quizás don Pietro Morini haya decidido crear, con el Hotel Paradiso, un lugar para admirar lo que a veces pasa desapercibido en medio del ruido: las increíbles puestas de Sol, los amaneceres al canto de los gallos y las veredas empedradas asomándose por sobre las cumbres de las Sierras de los Comechingones, bajo el Febo puntano, que energiza y reconforta. O quizás se haya enamorado de la Luna, que muy lejana ilumina tenuemente la arboleda, mientras con esa misma luz se mira en las quietas aguas de la piscina.
Patricia Ortiz
www.paradisohotel.com
Paradiso Hotel & Spa
